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07 septiembre, 2009

Al Final...

En la sala de espera de un hospital, que aún no ha sido construido…

-Está muriendo – dice un enfermero amigo, sin levantar los ojos del suelo…

El silencio es tan profundo que puede oírse a kilómetros de distancia. La desazón, la angustia y el llanto, opacan el blanco reflejo de la impecable cerámica del hospital.

-Dicen los médicos – continúa el enfermero intentando luchar con ese nudo en el pecho que le impide pronunciar palabra – que su corazón se ha detenido por completo, que si bien como músculo sigue funcionando, su energía se pierde poco a poco… se está agotando y…

- No, no puede ser… no hoy, no el, no… no puede ser….. – y el llanto una vez mas enmudece los sentidos y se apodera de todo comentario…



En algún lugar de su mente…

- Al fin te encuentro
- Llevas un buen tiempo buscándome ¿por qué tardaste tanto?
- Digamos que eres un ser difícil de encontrar
- O mejor dicho, tú eres una selva difícil de rastrear.
- Siempre tienes algo que decir, pero te he encontrado al fin, ya es hora…
- Irónico ¿no?
- A que te refieres – dice mientras toma la empuñadura de su espada sin dejar de verla a los ojos por un segundo.
- Has pasado tanto tiempo ya, en esta búsqueda. Sin sentido alguno, has cargado esa primer bala en tu cartuchera solo para mi… Has perdido ejercito tras ejercito en esta lucha, y aún no eres capaz de comprenderlo.

- ¡Entender qué! – grita desenfundando su espada y apuntando con esta a su corazón.
- Por fin una pregunta acertada. No has entendido que la única verdad de todo esto eres tú… Que eres el único responsable de tu demora, de tus inviernos, de tus recuerdos y hoy, de tu derrota.
- Tonterías – dice lanzando un golpe directo a su pecho.

En un solo movimiento, tomando nuevamente distancia y ya con su espada en las manos continúo:
- Tonterías tú, que llevas 500 noches buscando acabar con este “monstruo” como si fuese la culpable del mal que te aqueja. Tontería el creer que viniendo a este oscuro rincón de tu memoria, con tu vieja espada, te ayudaría a librarte de algo que tu mismo has creado.
-¿Qué diablos dices?
- sabes muy bien lo que digo, vienes aquí, buscando venganza, alardeando de una paz que ya no sientes y que esperas encontrar al final de este camino… Bueno déjame decirte que no será así, que al envolverte en tu pasado solo has conseguido que el vacío del mismo te absorba a tal punto, en el que apenas puedes ya mantenerte en pie ¿y asi pretendes liquidarme?
- No lo pretendo, lo aré…
Y se abalanza sobre ella nuevamente, golpe tras golpe. Usando sus mejores técnicas, sin poder evitar esa fatiga de la que le hablaban… ese cansancio que se siente cuando el corazón se ha cansado ya de pelear…
Movimiento tras movimiento fue eludiéndolo, llevándolo, paso tras paso, al borde de ese abismo de inconciente que todos tanto temen…
16 horas después, ya los golpes carecen de energía, y el espectáculo no es mas que una mímica de golpes lanzados al viento, un sonido de fondo, un 2x4 un nuevo recuerdo…y en un descuido del cansancio la espada de tan hábil y bello ser da con su costado causando una profunda herida.

El agotamiento supera al dolor, su nivel de respiración sobrepasa la agitación misma, sus piernas tiemblan, apenas puede mantenerse en pie.

- Es inútil, no puede acabar con lo que es eterno, no puedes eliminar lo que ha de durar para siempre – le dice en vos baja, tomando distancia nuevamente.
- ¡Es que tampoco puedo dejarte vivir! – grita explotando en llanto, dejando caer su espada, que se clava sin pensarlo dos veces en el suelo…
- no lo entiendes…
- Tu no entiendes… no puedo seguir adelante si no mueres, el peso de este amor es demasiado, no puedo cargar con el, no puedo dejarlo caer, no puedo desprenderme de ti, ¡Maldita seas!... ya no puedo seguir así…

Sus piernas se ven vencidas y cae de rodillas, mientras la lluvia de sus ojos se intensifica…

- Pero no puedes matar lo inmortal, no puedes quitarle la vida a aquello que la crea – le dice dejando de lado su espada y acercándose suavemente.
- Pero debo hallarte un final, estoy muriendo en vida, tu no sabes…. Tu no sabes del dolor que siento, de lo malo de esta herida, tu ni si quiera imaginas la pena que acosa a todo mi ser tu….
- Lo siento, pero no puedes matarme – le susurra mientras se arrodilla frente a el tomando una de sus manos.
- No, no me sirven tus disculpas, solo me sirve un final y a eso he venido…

Intenta ponerse de pie, pero ella se lo impide sujetando suavemente sus hombros… Sus ojos lo miran con tanta ternura como aquella primera vez… y nuevamente ese sonido y ese aroma lo pierden en el tiempo, hasta que su vos lo trae nuevamente.

- Yo te lo advertí, antes de que sucediera… tu elegiste este amor… y lo sientes en toda tu alma… pero no puedes… sabes bien que el amor es para siempre.
- Pero debo acabar con todo esto, debo…

Sin dejar que termine de hablar, tapa su boca con una de sus manos y abrazándolo
fuertemente le susurra al oído:
- Lo siento, entonces el final que buscas, es el tuyo.
Y de un solo movimiento hundió la daga que ocultaba en su cintura hasta el fondo de su pecho.

Una brisa helada recorrió su espalda, y pudo sentir el frío del metal cruzando de lado a lado su corazón.
Logra apartarla unos segundos, buscando sus ojos una vez mas, pero estos parecen negarse a tal espectáculo…
Sonríe, dejándose caer de lado, mientras siente como la humedad que brota de la herida, comienza a cubrir todo su pecho…

Su fría mano lo acaricia dejando un fino rastro carmín en su mejilla… una sonrrisa opaca y una vos que al apagarse le dice – Gracias, por tanto amor, gracias… y perdón… por ser tan poco.

……

De vuelta en el hospital.

Sus ojos se abren de repente, su boca se expande buscando abarcar tanto como puede… pero el aire escapa de sus pulmones, ya no puede respirar… intenta ponerse de pié, pero una sorda puntada en el lado izquierdo de su pecho se lo impide… escucha sonidos y voces… cada vez mas lejanos…

Un último esfuerzo y su mano registra su cuello, mientras ese conjunto de rostros bailan a su alrededor… no puede encontrar lo que busca… el calor de una mano arrugada pone fin a su búsqueda, aquélla pequeña cruz q un día compartieran reposa ahora en su mano…

Los sonidos se pierden junto con la luz… la calida mano le pregunta:
- ¿por qué?... ¿por qué deseas tanto morir?
Pero carece de fuerzas para dar una respuesta…

La mano que sostiene la cruz se precipita al borde de la cama… todo es silencio y ya no quedan rastros de luz…

El frío se aleja… tanta paz… que vacío tan grande… que inmensa oscuridad… no hay luz al final, solo sombras…
Sonríe para sí - ¿quién diría que un lugar tan silencioso, pudiera ser tan desolador?

….

Minutos después, una blanca figura hace presencia en la sala, deja sobre la pequeña mesa la cruz… y sin despegar los ojos del piso, susurra:
- Hicimos todo lo posible, lo siento… lo siento mucho…

2 comentarios:

  1. Y bueno loco, de todo se sale hermano, y sobre todo con la banda que tenes atras.

    Anyway, me hiciste acordar de mi blog, como también gracias a mi blog entraste a este loco mundo...

    Abrazo herma

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  2. Acabo de recordar xq devoraba antes tus textos y te reclamaba un libro casi cada 16 de cada mes en un café distinto a la misma hora casi en el mismo lugar......acabo de recordar xq te adoro tanto amigo mio....y en este momento tb acabo de darme cuenta cuanta falta me haces y de cuanto te extraño!!!!

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