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25 abril, 2010

Estrella Enamorada






“Ningún sentido tiene, acabarás como la Luna, Eternamente sola, de tanto esperar”

…Y si era cierto, ¿si en verdad este sentir que la encendía de a ratos en verdad estaba equivocado?... ¿podía acaso equivocarse absolutamente todo su ser?, porque… que otra explicación tenía, enamorarse así de un ave… de tan insignificante ser, que en su desgracia, apenas si puede alcanzar cierta altura con muchísimo esfuerzo…

La pequeña estrella no podía evitarlo, las guerras en su interior eran cada vez mas intensas… por las mañanas los comentarios le llenaban la mirada y un rencor contra ese bello ser le cegaba casi hasta lograr que se extinguiera… pero al caer el sol, esa perfecta figura parecía por el lado opuesto de la cuna del sol, y durante poco mas de treinta minutos se deslizaba lentamente a pocos centímetros del espejo del mar, con tal delicia, con tal dulzura… solo treinta minutos… pero la estrella lo sabía, mejor dicho, lo sentía… en cada molécula de su luminosa existencia, sabía que ese puñado de plumas volvía cada noche a recorrer su camino de cara al mar, porque así podía mirarla a los ojos… y romper, por ese instante, esa maldición de quienes no pueden ser dueños del mar y del cielo a la vez…

No podía entender que cada hora de su lejana existencia tuviera valor solo en esa espera, que en estos momentos parecía enloquecerla..

Quizás el resto tenía razón, habiendo tantas estrellas, ¿por qué enamorarse de tan lejano ser, sabiendo que nunca compartirían mas que esos minutos de cara al mar… quizás el resto tenía razón.

Pero ella no podía manejar su corazón, su brillo asemejaba al de la luna cada vez que el aparecía gozando lentamente de su vuelo… y no podía evitarlo, todo en el mundo carece de sentido durante esos tres minutos…

Estaba enloqueciendo, entonces, con la desaprobación de todo aquel que se cruzó por su camino, siguió cuesta abajo, hasta la línea de la “vieja solitaria”, como solían llamar los demás a esa gigante mujer blanca, cubierta de pecas, coqueta y eterna enamorada del sol.

-          Discúlpame, se que no debemos hablarte, pero debo hacerte una pregunta – balbuceó tímidamente la joven estrella.
-          Puedes hablarme cuando quieras, pero no me agrada demasiado hablar
-          Lo siento, será breve, lo prometo.
-          Tic, tac, tic, tac – contesto la luna sonriendo
-          De acuerdo, ¿cómo haces?
-          A qué te refieres.
-          ¿cuál es el secreto?, como vives esperando cada noche a que llegue el nuevo día, para cruzarte con el, tan solo unos minutos, algunos días unas horas, pero solo eso… hasta el día siguiente… ni si quiera pueden tocarse, besarse, acariciarse… ¿Cómo sobrevives?
-          Y por qué crees que entender mi amor te ayudará a ti…
-          Porque me sucede lo mismo, pero debo estar mal, no tiene ningún sentido…
-          Primero que nada – lo interrumpió la sabia Luna – Jamás dejes que nadie te convenza de que el Amor no tiene sentido.
-          Pero en mi caso…
-          Y en el caso que sea… esos cinco minutos que tengo día a día, me han mantenido viva el último millón de años, sus ojos, su calor, la distancia… del amor, por ser amor se aprende, simplemente a amar. Amar no es tener, no es pertenencia, es entrega, es dulzura, es… vida.
-          Me dices que.
-          Verás pasar ante ti el tiempo, y con el los días y las noches que te acojen... las ciudades, las culturas y los pueblos. y como todo lo demás, tu amor también cambiara con el tiempo... pero a diferencia del resto de las cosas, será solo cuando logres VIVIR tu tiempo que podrás comprender que la magia de la vida, después de todo, no tiene los pies en el tiempo, o en la distancia si no que está allí, en tu propio brillo...
Entonces ese amor que sientes por ese mágico ser, se trasladará a todas las cosas, a todos los vientos, a todas las horas… y no habrá nada en el mundo que vigilas que te niegue un segundo de es amor. Entonces tu vida será plena y así como yo espero al sol cada madrugada, tu te hallarás en tu espera, por poco o mucho que dure, y veras que el amor es tan dulce como lo es la miel para esas abejas..."
-          me dices que yo
-          Que ames, solo eso te digo… que rías cuando quieras reír y llores cuando quieras llorar, que brilles o te extingas, pero que seas sincera con tu sentir, entonces y solo entonces todo lo demás tendrá sentido, tendrá sentir, tendrá amor…
-          Gracias…
-          Shh, no agradezcas pequeña, solo ámate… y vete, que en una hora amanecerá…
-          Te dejo en tu espera entonces, aun falta un día para la mía.


[Si tan solo pudiéramos sincerarnos profundamente con nuestro amor, al punto de amar, sin necesitar ser dueños de la persona amada podríamos, de una buena vez por todas, vivir un amor como el de la luna y el sol, tan libre y eterno como la vida misma]


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