Su amor tenía mariposas en la panza,
tenía ventanas abiertas, amaneceres de lluvia,
sonrisas bajo las sábanas,
caricias sobre la piel, de sobra…
Su amor tenía ojos grandes,
tenía oxígeno y aromas de deseo…
Su amor tenía flores inventadas en los jardines vestidos de invierno,
tenía alucinaciones maravillosas
que los llevaban a verse perfectos,
únicos,
irreemplazables…
Su amor tenía música en el silencio,
y palabras desgranándose de los labios cerrados.
Tenía ruido, ritmo y descansos…
Tenía ducha tibia para compartir
y abrazos insomnes...
Tenía prisas,
y tenía todo el tiempo…
Su amor tenía lenguas sin filo,
para abrir gemidos en la noche...
Su amor tenía claros y oscuros,
conocimientos y dudas,
certidumbres y descubrimientos….
Su amor tenía todo para serlo,
para ser un amor de los grandes
Inolvidable e impostergable,
terriblemente real
e imaginariamente ideal…
Si no fuera…
porque tenía,
(como tantas cosas que también tenía),
bolsillos rebosantes de “peros
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