Contra toda queja y razón
de nuevo se acercan al borde
mis sentidos,
apretando los dedos del pie
con los brazos abiertos en V
todo es mío.
Profunda respiración
el eco de una canción
luz de día,
la memoria desaparece
y simplemente me crece
esta alegría.
Se aburren las soledades,
camina una verde babosa
de costado,
nuestra risa se adueña del tiempo
aunque nos toque quedarnos, de nuevo,
encerrados.
Por eso me sobran dos versos
y cierro entre tantos acordes
desarmados.
Con la paz del alma al saber
que queriendo, tal vez sin querer.
te ha encontrado.
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