En algún rincón debo haber perdido
el silencio que guardamos ese enero,
cuando todo ese ruido se hizo miedo
inundando de culpas este sueño.
Que extraños los colores y diseños
que decoran un paisaje moribundo
¿cuantas lunas menguantes en el mundo
pueden darle al fin la paz a mi conciencia?
Un ritual bastara. Aunque tu presencia,
a millas de distancia permanezca,
el fuego que transforma tal vez crezca
hasta liberar del yugo del pasado
a ese que no fui, al que no ha dado
un solo paso puro en esta vida,
mas quien sabe si me quede todavía
ese silenció perdido en un rincón.
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