Debo
agradecer
Tal vez fue
obra del tiempo, o del destino… a cualquiera de ellos agradezco. Por poner tus
manos en mis manos ese septiembre, tus labios en los míos ese diciembre y tu
recuerdo en mi camino la tarde de ayer.
Quisiera
tener más palabras, es extraño no poder ordenar este remolino incierto de
sensaciones y recuerdos que se amontonan en la punta de mi lápiz y en verdad, solo
quisiera tener más palabras.
Pero si
algo aprendí contigo es que el amor, no necesita de tantas palabras. Al menos
nuestro amor no las necesitó nunca.
Por eso voy
a limitarme a darle las gracias al guerrero que sos, por luchar junto a mi cada
batalla, por acercarme al psicoanálisis y alejarme de tantos miedos, por
responder siempre a todo con una sonrisa y por sobre todas las cosas, por no
haber dejado ni un solo instante de ser vos misma.
Por haberle
puesto un freno a mi locura cada vez que amenazaba con arrastrarnos, y por
haberme agitado las alas cada vez que las dudas me impedían volar.
Gracias,
porque hasta en el último beso, fuiste sincera con este amor y porque pese a
que tu corazón entiende tanto de esta despedida como el mío, simplemente
sonreíste (o al menos tus ojos lo hicieron) y me diste el regalo más grande que
puede dar el amor… La libertad.
La libertad
de seguir mi camino, y de que sigas el tuyo, de construir nuestros mundos cada
cual a su manera. Libertad de abrazar al amor y darle las más profundas y
sinceras gracias.
En las
últimas palabras que logro hilvanar quiero que sepas que deseo con todo mi
corazón, que cada luna te lleve a encontrar la magia con la que todas las cosas
viven y que cada estación te recuerde
que sos parte de una trama que espera una sola cosa de vos… que seas feliz. Vas
a hacer de este un gran mundo, no tengo duda alguna de eso.
Con todo
este amor que por siempre seremos,
De mi brujo
corazón al tuyo.
TE AMO
Hasta
siempre
Y gracias.
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