me obsequiaron esta mañana
un dulce trinar de campanas
que logré confundir con su risa.
Y apresurada la brisa
me obligo a salir de la cama
"puedes ver el recuerdo que amas
mas allá de esta pared"
Entonces, dos mates después,
le escribo a su bella sonrisa,
a los cuadros de su camisa,
a lo que pudo ser y no fue,
al aroma de un saco de té
compartido en dos tazas vecinas,
a las series que ahora terminan
y siguen rezando "erase una vez",
Escribo, una luna después,
porque no llegará ese mensaje
ni un buen día o ni un hasta mañana.
Escribo, es Abril otra vez.
"Las violetas que coronan tu tristeza... Abril, otra vez, para que no tengamos soledad" |
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