Tan cerca
me paso el amor… ese amor… tan cerca.
Decir que
no pude verlo, es una mala (aunque tal vez válida) excusa, una pantalla, para evitar
reconocer que no quise verlo. No por no querer ver al mor, sino porque, de
tanto hablar de las cornisas de la vida, de las desventuras del corazón, de lo
importante que es saltar desde lugares bien altos… de tanto hablar, no fui más
que eso, palabras.
Y a pesar
de que el amor gritó tan fuerte, y al perfume de su cabeza en mi hombro,
nuestro sueño desordenado en la alfombra, dos tazas casis vacías de te… aquella
noche, el frío... Lo siento… no fui capaz de vencerme, no supe vestir esos
colores… y me despinté, como un lienzo olvidado al sol, a la lluvia, al viento…
Que irónico
sentir todo esto una primavera después… colores que no fui, besos que no di,
miedos que defendí, felicidad que me negué y te negué, miedos, cartas que no
envío…solo eso.
Que triste que por mi miedo hoy solo seamos un reflejo, en alguna lluvia de verano... alguna charla por correo, algún espacio vacío en el colchón, alguna coincidencia maya... y fuera de eso, nada mas.
Y las fotos… hablar de nuestras fotos… de nuestra foto, en singular, pues solo hay
una… entre el arte y dos sonrisas,
cuando aún era capaz de recorrer el mundo de tu mano, cuando aún no me sabía
tan vacío, ni tan cobarde, ni tan descolorido, cuando aún hablábamos el mismo
idioma… cuando aún estabas cerca, cuando aún no escribía estas palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario!