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23 junio, 2013

Duermes

Duermes, y la luz del cuarto, y los colores, y mi voz... todo en mi mundo se duerme contigo. 

Debo admitir que no se cómo es que sucede, ese extraño cambio en el sentido de todas las cosas, cada vez que cierras los ojos y tu respiración se aquieta.

Con tal sinceridad te entregas al ritual del sueño nuevo, que la habitación pasa a ser un templo y mi almohada el altar, desde donde decides finalmente descender a ese extraño mundo del descanso.

Duermes, como suspendida sobre el difuso manto de las sábanas, pareciera que (al igual que yo) el colchón tampoco se atreve a tocarte porque teme que el mas mínimo roce pueda romper la mágica burbuja en que tu ser, al dormirse, nos ha sumergido a todos.

Duermes, y me pregunto una y otra vez ¿qué maravillosos mundos visitarás esta vez?, ¿con qué otros rostros te besaras?, ¿que paisajes teñirás con tu risa?... me pregunto.

Me pregunto, y mientras mi imaginación me sugiere respuestas salidas de algún cuento de Cortazar, las ganas de dormirme junto a ti comienzan a ganar terreno. Me destapo un poco, casi sin moverme, tal vez el frío me regale unos minutos mas de lucidez.

Duermes, y me niego a dormirme, mientras aparecen los primeros bostezos y mi cabeza se acomoda de la mejor manera junto a la tuya (deberíamos tener almohadas mas grandes... ¿o mas chicas?), porque la imagen que regalas es una bendición digna de mi desvelo.

Duermes, y el perfume de tu pelo me invita poco a poco a cerrar los ojos, a cubrirte bien los hombros con el acolchado, a compartir de tu sueño, tal vez, a convidarte del mío.

Duermes, y de alguna mágica manera, aunque mi dormir desentone con el tuyo, tu mano busca la mía y recibes mi abrazo suavemente... Así me duermo junto a ti... 

Duermes junto a mi, que bendición de sueño, que regalo de la vida.





18 junio, 2013

Buscarte

No sé si es el frío
el que me lleva a reincidir
en este vicio, profano, tal vez,
de buscarte entre los versos que escribo.

Es que siento que al buscarte
en cada trazo, en cada letra,
evoco al brillo de cristal de tu sonrisa
y vuelvo un poco mas clara
la imagen difusa
que se pasea, de noche,
en mis sueños.

Entonces puedo verte
bailando, fumando, o lo que sea.
De a ratos en mi habitación
de a ratos en tu jardín, (supongo 
que es tu jardín), ya viste 
como cambian los escenarios 
de los sueños.

Buscarte en estos versos,
que obsesión de ternura
que locura de cuentos
que disparate.

O tal vez no

Tal vez
al buscarte, te invento
y por ende te creo posible
y al creerte, se crean
los caminos que van a llevarme
a tu jardín, y a tu sonrisa.

Escribir... y buscarte,
que delirio de amor
que buena idea.




15 junio, 2013

Cuando el amor nos encuentre.

Van a encontrarse nuestros ojos
y en ellos nuestras miradas,
y en ellas nuestras almas.
Porque el amor tiene esos encuentros
en los que el mundo entero se esfuma
y el tiempo se detiene.

Tu eres amor, y por ende sabes
que cuando nuestras manos .
se encuentren con nuestras sienes
y nuestros labios compartan besos
y la vida, y el mundo
y las estrellas.

Todo va a encontrarse en nosotros
que seremos al fin
la completud,
esa que mi ser busca entre los libros,
que tu ser busca entre las fotos,

Y que encontraremos
cuando el amor,
alguna tarde de estas,
entre risas y mates ,
nos encuentre.

14 junio, 2013

Infinito

Grabado a fuego en un plano distinto,
donde nuestras almas se reconocieron,
ha quedado el momento, infinito,
en que fueron al fin uno nuestros cuerpos.

La entrega total de las pasiones,
completud de todos los sentidos,
nuestras bocas que allí fueron mil bocas,
el placer de un amor bien compartido.

Destello de loca felicidad
que atentó contra toda la teoría,
porque puedo en esta noche recordar
la paz con que tu cuerpo dormía

junto al mío, y como en cada amanecer
entre besos, "buenos días" y un abrazo
construimos ese mundo, para siempre,
porque es inmune al futuro y sus fracasos.

Entonces ni el tiempo, ni los libros,
ni el diván, ni la magia, ni ninguna
pena , podrá borrar la felicidad
que aguarda en el conejo de la luna.



Mis Ganas.

Un soplido en la noche, un aullido,
un final y este dulce recuerdo,
una milonga, un ángel, Piazzolla
y ese beso difuso de ensueños

Mis ganas de solo escribirte,
tu cabello enredado en mi almohada
y un vacío cenicero que apaga
el humo errante del último pucho.

Para ser confesión esto es mucho
mas de lo que confesar puedo,
pero tengo tantas ganas de ti
que tu foto es un triste consuelo.

Imagino, que juego a soñar
que tu sueñas que juegas conmigo,
y que en el trazo de algún mate amigo
nuestras bocas se van a encontrar

por el tiempo que sea, será,
si es que el tiempo me lleva contigo
pues ¿quién sabe si el punto que escribo
es suspensivo o es punto final.?


13 junio, 2013

Sagrado y Eterno

La imagen se  vuelve mas clara...

Un río de personas, caminando despacio. Cientos de velas iluminando la noche, el aroma a incienso y mirra. 
Salvo las campanadas que no dejaban de repetirse, todo era tan familiar a sus ojos. Por un momento se recordó en aquel río sagrado, haciendo el amor con aquel que sentado a su lado, observaba perdidamente la  multitud que avanzaba cerro arriba, con los mismos ojos, pero en otro cuerpo, con la misma magia, pero con otra voz.

Pero qué hacían allí, ellos no pertenecían a ese tiempo. en qué momento el mundo cambió tanto, por qué no hicieron nada para impedirlo... Demasiadas preguntas, la multitud con sus velas, y el mate enfriándose en sus manos...

- Y vos ¿en verdad crees en todo esto? 

- Creo que desde los primeros tiempos del catolicismo, tal vez desde mucho antes, Nuestra Madre fue adoptando distintas formas para mantenerse cerca de sus hijos, sin condenarlos. Con el tiempo esas formas fueron sincretizándose y adaptándose, hasta transformarse en grandes movimientos religiosos como este que vemos hoy.

- Puede ser, pero todos los rituales se han perdido ya.


- Si,  Ya no bailamos al rededor de los fuegos de Beltane, ni hacemos el amor en los bosques, es verdad. Hoy tenemos Iglesias, Templos y Sinagogas.

- Pero no es lo mismo

- Si así lo crees, está bien. Yo no veo mucha diferencia entre esta procesión y sus velas y las noches de Imbolc. A fin de cuentas se trata de mantener el contacto con lo que entendemos como superior.

- Salvando las distancias..las formas...

- Salvando las distancias, sin importar la forma. Todas las formas son buenas siempre que nos acerquen al ser divino que somos. 

- Pero antes rezábamos en las costas, en los ríos, en las dunas. Lo he visto, lo recuerdo perfectamente y se que tu también lo recuerdas.

- Claro que lo recuerdo, y te recuerdo de aquellos tiempos, pero tal vez en ese entonces necesitábamos menos esfuerzos para reconocernos, o tal vez no teníamos tantas distracciones como hoy.

- O perfectamente todo eso que dices puede ser una simple excusa para haber conducido durante 5 horas para estar aquí hoy.

- Siempre amé tus cuestionamientos, incluso cuando su filo podría cortarme en dos si se lo permito. Pero no necesito excusas para estar aquí. Simplemente pienso, tantas vidas después, que a medida que el mundo que creamos se fue volviendo complejo en estructuras e instituciones, nuestro ser necesitó cada vez de mayores esfuerzos para conectar con nosotros. Por eso todo este ruido, toda esta gente, este enorme templo hecho de piedra. Hubiese bastado en aquellos tiempos con una piedra plana en un claro del bosque, es verdad, pero esos tiempos pasaron, pero nuestras ser aún espera que logremos verlo. En otras palabras, hemos transformado el mundo, y por ende transformamos las formas y todo lo que en ellas habita.

- Por eso bebemos mate, en lugar de agua del pozo sagrado. De todas formas, cabe preguntar ¿qué hacemos acá?, podríamos estar en casa hablando de la misma manera.

- ¿Por qué estás acá?

- Porque me invitaste y me pasaste a buscar... y aquí estamos. ¿Vos por qué estas acá?

- Porque hace tiempo, mucho tiempo, dijiste algo mientras extinguíamos los fuegos de aquella última noche. No se si lo recordarás.

- Hemos extinguido tantos fuegos juntos y te he dicho tantas cosas...

- "Se trata de honrarnos a nosotros mismos, por eso dejamos que la oscuridad  avance extinguiendo los fuegos, porque como el Dios se entrega al vientre profundo de la madre, y la Diosa tiene sus días oscuros, nosotros, que somos Dios y Diosa, podemos permitirnos la oscuridad, reconocernos en la noche oscura, entregarnos a ella, habitarla"

- Suena a algo que diría, pero no estamos en una noche oscura

- No, pero venir hasta aquí, con todo lo que ello implica, es una forma que tenemos de mantener contacto con todo aquello que una vez creamos, y allí entras tu.

- ¿yo?

- Se trata de honrarnos a nosotros mismos, ¿verdad?. Entonces que mejor forma de honrarme en la Diosa que pasando una tarde contigo, que eres el mas puro reflejo de ella.

- Entonces estamos aquí para honrarnos... Que así sea... ¿otro mate?

- Uno mas por favor.

Tan simple como aquellas velas que de tanto en tanto se extinguían con el viento y debían volver a ser encendidas. La vida de esas llamas blancas eran un reflejo de sus vidas, Encontrarse, des-encontrarse, apagarse y volverse a encender. Pero ahora estaba allí, a su lado, tomándole tímidamente la mano. Tantas vidas juntos y sigue siendo tan tímido.

La imagen se vuelve difusa.
....

La multitud danzando, el crepitar de la leña de cerezo en el fuego. Ese aroma de las plantas  frescas y el rocío, sus pies descalzos en la hierba...

Una mano que reconoce, pone en su manos un cáliz con vino frutado. Lo mira a los ojos y el le sonríe.

Bebe un trago largo y pasa el cáliz a una mujer a su derecha. Siente como el calor del  vino le devuelve la sensación de su cuerpo y siente como esa mano que ahora toma su mano la invita a bailar en el medio de la ronda. 

La multitud baila, ríe y entona los cantos sagrados. "La magia de la noche vive en los amantes", dice la canción, y ella comprende que de eso se trata, por eso están juntos esa noche, y por estarán juntos tantas vidas después, cuando el mundo, las figuras y las formas hallan cambiado.

Hoy se pierden en los tambores y los cantos pero ella seguirá siendo la forma que el buscara para encontrarse, eso la reconforta. El seguirá siendo esa mano que la toma tímidamente... su encuentro es eterno, su amor es sagrado.











12 junio, 2013

Ausencia.


El mate se vacía para cambiar la yerba de ayer, y ese instante en el que el agua se calienta sobre la estufa se vuelve eterno. No hay ruidos en la casa, Afuera los gorriones juegan en el parral ya sin hojas, disfrutando los últimos rayos de sol de este otoño que termina... de este invierno que se avecina con la noche.

Un mate vacío, agua tibia... y tu... o al menos tu recuerdo, porque no estás aquí.

Tal vez la peor parte de tu ausencia sea este amargo saber a ciencia cierta que aunque quisieras no podrías estar aquí, que aunque tu cuerpo de pié se calentara junto a la estufa tu no estarías aquí.

Valla a saber Dios en qué mundo de conscientes e inconscientes viajarías, en qué dialéctica social te perderías mientras yo vacío el mate, y de mala gana me estiro para alcanzar una taza, un saco de te y el azúcar.

Te sentarías junto a mi, y te hundirás en tu taza, Conversaríamos del tiempo y de la historia y de lo que nos trajo hasta aquí, y sin tener una sola respuesta en claro volveríamos al silencio de tú taza y de mi mate nuevo.

Y tu en tu mundo, y yo en mío. Por eso no puedes estar aquí, por eso no estás aquí, porque soy incapaz de acompañarte, tan perdido en la magia de la luna, el Tarót, los libros y los rituales, con tantos mundos sutiles entrelazados en mi telar, que soy incapaz de caminar contigo, no porque no pueda caminar a tu lado, sino porque solamente caminar a tu lado a mi alma no le es suficiente. Y tu estarás ... bueno, tu sabrás

Alguna vez leí que "Si dos energías no se potencian entre sí están condenadas a extinguirse", y antes que verte extinguirte (y extinguirme) por el resto de los días, prefiero sacar el agua que hirviendo de la estufa, cebarme otro mate amargo, acariciar a mi perro un rato mas y contemplar como los vacíos que creamos nos demandan ser llenados, como pozos que absorben el agua de todos los manantiales, y como en esa demanda de atención las ausencias (tu ausencia, para ser mas específico) es la puerta que me lleva a explorar ese vacío.

¿por donde andarás?... me pregunto, aunque se que solo sigues tu camino, tal vez menos emocional ... sin duda mas hermosa que ayer... Tu Ausencia.

Ausencia... que sabor extraño tiene esa palabra, podría escribir sobre eso... o tal vez el agua hirviendo quemó la yerba del mate... Ausencia, agua hirviendo, extraña metáfora de estas horas, de estos días y de esta vida sin ti.

11 junio, 2013

Espectral

... Entonces vos entraste con un libro debajo del brazo, riendo, como si el viento y la lluvia te hicieran cosquillas., te sacudiste un poco la humedad del pelo y saludaste con un gesto a alguien a quien conocías hace tiempo.

Decidiste sentarte en mi mesa, que no es mi mesa porque me pertenezca, sino porque simplemente yo estaba sentado allí, con mi libro en el regazo y un jarrito mediano de café casi vacío, observando  el espectáculo a-temporal de tu llegada.

Corriste la silla, me saludaste con una sonrisa y el mozo se apresuró a llenar mi taza y luego la tuya, que sacaste de un bolsillo y que tenía forma de corazón (es curioso como suceden las cosas en los sueños). 

Bebiste un sorbo largo de café, sin una gota de azúcar, dejaste tu libro sobre la mesa y comenzaste a hablar de tu viaje, de tus vidas, del espacio y de algunas estrellas a las que querías que te acompañe alguna vez.

Yo permanecía en silencio (creo), hay sueños en los que no recuerdo tan bien mis acciones como las de los demás. Si sé que en un momento apoye mi libro sobre la mesa, junto al tuyo y la imagen hizo que dejaras de hablar por un segundo. "Un espejo", dijimos a la vez y comenzamos a reír.

Me tomaste la mano y continuaste hablando de tu madre (o era de la mía... o tal vez de la de todos) y mezclando palabras en francés mal pronunciadas (no so como, pero se que no estaban bien pronunciadas).

De repente te pusiste de pie, caminaste junto a mí y me besaste en la mejilla, y luego en la boca, y otra vez en la mejilla y por un instante me perdí en la ventana de tus ojos, y supe que vos también te perdías en los míos, y que allí es donde nuestras almas se encontraban, nuevamente, después de tantos giros lejos la una de la otra.

Volviste a besarme (o tal vez yo te besé), sonreíste, tomaste tu taza y antes de salir me regalaste una canción, que de alguna manera comenzó a sonar. Quise pararme, para seguirte, pero me indicaste que escuchara, llevándote el índice al oído, volviste a saludar a ese alguien con el mismo gesto que al llegar y desapareciste, sin cruzar nunca la puerta del salón, como si tu figura espectral hubiese vuelto de alguna forma al cuadro del que había salido, como una ráfaga mas de viento, o como un suspiro tenue de mi imaginación.

Tu libro y mi libro quedaron en la mesa, que ahora es mi escritorio, porque el café en el que estábamos ahora es mi cuarto, y afuera ya no llueve,   pero la canción... la canción seguía sonando aún...




(Gracias entonces, por el mensaje, por la canción, por las historias... gracias por los viajes y sobre todo por los besos...)

06 junio, 2013

Mientras Fumas

Cada duda en mi interior es como una lucha... o mas bien una guerra, donde cada uno de los bandos se arma hasta los dientes y se lanza con todas sus fuerzas contra el otro. Entonces el estallido, la creación, es inevitable.

Y mientras esto se sucede una y otra vez, me siento, bebo un poco de cerveza roja y me entrego a ese debate... Me pienso y me re pienso, pero no logro saber con certeza si me gustas mas cuando me besas o cuando fumas.

Enamorado, tal vez podría describir con detalles lo que sucede cuando nuestras bocas se encuentran en ese duelo de labios y pasiones y virtudes... o la electricidad que sube por mi espalda cuando tus manos se clavan en mi nuca, y tu respiración, en mi respiración y esa nada en la que nos convertimos cuando nos separamos (casi siempre con violencia) para vernos allí, tan faltos del otro, tan deseosos de mas, y a la vez de menos, pero sobre todo de mas... y de vuelta nuestros besos, que son tan distintos a tus besos con el.

Si... cerrando los ojos por un minuto podría revivirlo todo una y otra vez, cualquiera de las veces... pero entonces te pones de pie, caminas hasta la ventana, me sonríes y enciendes un cigarrillo.

La duda, el duelo, el debate nuevamente... pero ahora los besos no son nada, la cerveza se entibia en mi mano y me recuesto un poco en el sillón para observarte. y tu allí,con el hombro contra el vidrio entre abierto, los brazos cruzados y esa mágica pausa entre  pitada y patada... es como una danza sagrada, como un complejo ritual que se consagra con el humo escapando entre tus labios.

Tal vez por eso me gustas tanto mientras fumas, porque me gustas también de otras formas, pero mas me gustas mientras fumas. Por la gracia con la que el humo te conecta con el mundo, por como entre cierras los ojos al chispear el encendedor...

O será que mientras fumas, y  te observo, puedo imaginarme en ese humo, puedo jugar a ser ese humo que exhalas, ese aire viciado que te recorre pecho adentro llegando a esos lugares a donde ni mis besos, ni mis ojos, ni mis manos podrán nunca llegar...  O tal vez es que imagino que ese humo es el mismo que entra en mi boca si me besas luego de fumar (aunque eso no suele suceder).

Tus labios, el humo, mis labios... tal vez me gustas mas cuando me besas, o cuando fumas que para mi imaginación es lo mismo... tu cabeza se inclina hacia  atrás, tu boca, otra pitada.

Bebo otro trago de cerveza, y te beso con los ojos, y me besas en el humo... nos besamos... y yo sigo en mi debate.

Ridículo debate, absurda obsesión por encontrarle una razón a las razones que por no tener razón no entiendo. Miedo de no saber que me sucede... eso lo resume... Miedo.

Miedo de estar mas enamorado de tus besos que de ti, o de cuando fumas que de cuando me besas... miedo, miedo, miedo, tu boca, el humo...

Entonces apagas el cigarrillo, te sientas junto a mí, me arrojas el último resto de humo en el rostro... sabes que por dentro la lucha me está volviendo loco, lo sabes, y lo disfrutas. Tal vez por eso fumas, porque me enloquece verte... tal vez por eso me besas.

Tal vez por eso me gustas, porque me besas y porque fumas, y porque al fumar también me besas... pues si no fumaras, nos besaríamos menos, o al menos yo habría perdido la posibilidad de besarte en el humo que respiras.

Entonces sin hablar te sientas sobre mí, te bebes mi cerveza y comienzas a desvestirte...

¿Desnuda o semi desnuda?... otra batalla, otra duda, otro duelo... tal vez, otra historia.