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12 agosto, 2013

Ahogados.

Llueve y en los charcos se refleja,
mi andar de jardines sin cigarras,
una angustia, de lunes sin abrazos,
de segunda cuerda rota en la guitarra.

Hace frío, los pasos se aceleran,
la ternura se azula entre mis dedos,
se congelan los gorriones del ensueño,
entre los árboles oscuros de mis miedos.

Silencio y soledad, herida abierta,
un cigarrillo mojado por el viento.
Contexto y realidad, la vida muerta,
el infeliz final de todo cuento.

Metáfora gris de lo inaudito,
no hay pasiones que atenúen el espanto.
La esperanza se me muere en un cajón,
es el cielo quien la ahoga con su llanto.




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