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15 noviembre, 2013

Verdades de una mañana cualquiera.

Oyendo verdades... de esas que se cantan, va, o que al menos algunos solían cantar... en fin, oyendo verdades cantadas, es fácil reconocer lo lejos que estamos (yo y todos los que soy) de alguna de ellas.

De las primeras verdades, estamos lejos por pereza. Gran pecado al que nos hemos hecho adictos con el tiempo. Simple, porque nunca tenemos tiempo para acercarnos a ellas, si con tanto trabajo ¿en qué momento del día voy a sentarme a tocar la guitarra? y cómo se les ocurre que voy a permitirme escapar un fin de semana a la montaña para observar el río y escuchar el viento, si tengo tantos compromisos que cumplir, esos dos cumpleaños y esas dos o tres horas sagradas de siesta los Domingos.

De las segundas verdad, estamos lejos por ciegos. Porque así como nos perdemos a las primeras por no hacer el esfuerzo necesario para verlas, de estas nos alejamos por no tener los ojos listos para verlos. Cuantas flores hay en las veredas que cruzo a diario, cuantas hermanas esperando un abrazo, cuantas hermosas historias en los libros que no leo, en las gracias que no doy, cuantas...

Pero si hay unas verdades de las que en verdad estamos lejos, y esto es algo que debo admitir con total crueldad, es de las terceras, es decir, de las verdades que tienen los otros. Porque se imaginaran que no hay manera de reconocer alguna verdad en los demás, porque eso significaría que nuestras verdades  no son válidas y.. vamos... ¿quién de ustedes puede vivir sin sus propias verdades?.

Entonces desde el principio de nuestros tiempos, vivimos solo con nuestras verdades, que, debido a que estamos tan lejos de las primeras, segundas y terceras verdad... terminan siendo verdades vacías, verdades sin verdad, sin experiencias.

Entonces, porque escribimos nosotros, podemos re formularnos y decir, en una mañana cualquiera como hoy, que la única verdad que podemos reconocer hoy, es que vivimos en una terriblemente cómoda falta de verdad, es decir, que yo y todos los que somos vivimos, entre tantas cosas, solos.




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